
A pesar de que la tecnología relacionada con las bicicletas avanza a pasos agigantados, lo cierto es que hay cosas que, para bien o para mal, nunca cambian. Una de esas cosas es la necesidad de inflar las ruedas de una bicicleta después de sufrir un pinchazo, ya sea mediante cartuchos de aire comprimido o mediante el método más tradicional: la bomba de aire manual. De la combinación de ambos sistemas nace RideAir, una bomba de aire de alta capacidad y, lo mejor de todo, de funcionamiento automático.