
Allá por el año 1993, la Ghost Lector se convertía en la primera bicicleta tope de gama del entonces modesto catálogo de una nueva firma ubicada en el norte de Bavaria. Los fundadores de Ghost pusieron toda su alma y corazón en aquella bicicleta, consiguiendo lanzar al mercado una rígida de alto rendimiento con un peso declarado de sólo 8,5 kilogramos; todo un hito que marcó un antes y un después en la historia de la compañía. Para 2016, la Ghost Lector se renueva por completo para convertirse, tras más de 20 años de historia, en la mejor rígida jamás fabricada por la firma alemana.