
En el año 1556, el emperador Carlos V desembarcó en Cantabria, al norte de España, para iniciar dos días después un viaje de 550 kilómetros que lo llevó hasta el Monasterio de Yuste, en Extremadura, donde se retiró y murió tras cuarenta años de reinado. Aquel histórico viaje ha sido recreado nuevamente a través de un proyecto turístico-cultural denominado Ruta de Carlos V; una ruta que recorre los municipios en los que pernoctó el emperador promoviendo actos como mercados medievales o recreaciones del viaje de Carlos V. Desde uno de los tramos de esta histórica ruta, Diego Barquilla nos envía una preciosa captura de su 'caballo' de viaje.