
A veces, planear una interesante y motivadora ruta no siempre tiene un final como realmente esperábamos. Encontrarnos barro en el camino, alguna tormenta de esas que aparecen de repente o una grave avería son algunas de las causas que pueden cambiar drásticamente el rumbo de un día perfectamente planeado. Es el caso de Rafael López Fernández, que a pesar de resistir todo lo que pudo como un verdadero campeón, perdió la batalla contra el siempre temible barro del camino.